Hoy ha sido un día blanco... sin nieve pero con queso. La culpa la ha tenido Marmiton.org y una receta de tartaletas de champiñones y queso fresco de cabra que me ha puesto los dientes largos y, claro, no accedo con facilidad al queso fresco de cabra (hace unas semanas que no hay en mi 'super' habitual, pero no olvido que sé hacer uno bien sencitillo y resultón así que me he puesto manos a la obra y salir ha salido, y qué rico, pero no llega para las tartaletas, ha sido devorado casi completamente en la cena, luego lo cuento, pero ahora, lo primero, la receta así mañana os ponéis todos a hacer vuestro queso.
La cuenta es sencilla
1l. de leche de cabra (yo de la de tetra brik)
50 ml de zumo de limón
1 pizca generosa de sal (lo de la generosidad va al gusto de cada uno)
Y el procedimiento es bien sencillo
Ponemos la leche a calentar en una cazuela, a fuego suave, y cuando comience a humear un poco o a formar burbujitas por todo el borde apartamos del fuego y dejamos enfriar unos 20 minutos. Pasado ese tiempo le echamos el zumo de limón, removemos bien y dejamos reposar otros diez minutos.
Cuando ya deja de escurrir cerramos la gasa y apretamos un poco con suavidad para extraer algo más de humedad y que coja consistencia y textura, podemos dejarlo con la gasa atada y sobre el colador o meterlo en un molde (con algo de peso encima para que se compacte un poco).
Bueno, visto lo fácil y resultón quien no tenga en casa queso fresco de cabra es porque no quiere. Por cierto, contad con que el queso resultante de un litro de leche, en este caso, ha sido de 135 gramos, así que si se quiere hacer para usarlo como ingrediente en alguna receta habrá que tener esto en cuenta. Si no, como apertivo o para completar una comida sólo hace falta echarle un poquito de imaginación y no complicarse demasiado... ¿qué tal con pimentón de la Vera y aceite de oliva del Somontano? ¿y con un pimiento de padrón y mermelada de cebolla blanca? Ya os lo digo yo ¡fantástico!
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