miércoles, 7 de mayo de 2014

Crespillos de borraja... del Somontano o del Sobrarbe, pero crespillos.










      Los crespillos son una laminería muy nuestra, recuerdo que nuestra querida tía Presen nos traía todos los años, cuando arrancaba la primavera... y eran una auténtica delicia. Afortunadamente, como dulce de celebración, han seguido preparándose en muchos hogares y no se han quedado medio perdidos en los recuerdos de infancia. Pero bueno, al grano, que se me quema el aceite. Los crespillos son nada más y nada menos que hojas tiernas de borraja rebozadas, fritas y azucaradas, dicho así pueden no parecer gran cosa pero están riquísimos, aunque ahora se hacen a lo largo de la primavera, tradicionalmente, en Somontano y en Sobrarbe se preparaban para festejar la Encarnación, el 25 de marzo, con una más que curiosa y lucrativa intención: “para que se empreñen las oliveras”, ahí es nada, todos al monte o a la huerta a por hojas de borraja para ponernos tibios de crespillos y así asegurarnos una buena cosecha de olivas que nos conformen el plato o nos lo rieguen con el oro líquido que enriquece nuestras comidas y nuestra salud.

      Por eso, por todo eso, y porque en Barbastro lo celebramos con el “Dïa del Crespillo” (el domingo más próximo al 25 de marzo) -prometo reportaje en el Klibanos para el año próximo- y porque son una de las cosas que hay que probar en esta vida (en las siguientes a saber qué nos espera) … a lo que iba, por eso traigo aquí la receta, para que si estáis lejos del Somontano no perdáis ocasión de probarlos y si ya además os animáis a venir para el Día del Crespillo (para no perder la ocasión de una comparativa jejeje) eso será el no va más.

      Nunca supe cómo los preparaba tía Presen, seguro que se bajó la receta de su querido Mediano, injustamente cubierto por las aguas del río Cinca (aunque esta es otra historia),  pero cuando comencé a preguntar por la masa vi que había diferencias ya no entre el Somontano y el Sobrarbe, sino de una casa a otra, pero básicamente harina, huevos y líquido (leche o cocimiento), aunque hay quien prescinde del líquido y lo deja en huevos y harina. Tras mis pesquisas y ensayos con variados resultados venía preparando crespillos de vez en cuando pero este año decidí que tenía que dar con una fórmula que se convirtiese en la definitiva de nuestra casa, reuní mis notas, consulté un par de libros, pregunté un poco por aquí y por allá e hice un último ensayo, me busqué algún catador extra que sumase opinión y aquí vienen los resultados. En casa empate a dos, y un voto en blanco, la cata extra votó por Somontano, con lo que me tocará seguir haciendo de unos y otros, jajajaja, así todos contentos. 



      Los crepillos no tienen más misterio que el lavar y dejar secar bien las hojas frescas y tiernas de borraja, yo procuro que tengan hasta un tamaño máximo de 10 -12 cm, dejándoles un poquito de pedúnculo para manejarlas durante el rebozado. 





Crespillos del Somontano
(para unas 35-40 hojas)

150 g de harina
75 g de azúcar
1 huevo L
leche
Azúcar para espolvorear.

Preparamos una masa batiendo el huevo von el azúcar, mezclando sin parar de batir con la harina y añadiendo la cantidad de leche necesaria para conseguir una pasta bastante líquida, como una natilla clarita. Pasamos las hojas de una en una por la masa, sacudiendo un poco para que escurran el exceso y las ponemos a freir en una sartén honda con abundante aceite bien cliente. Dejamos dorar por ambos lados, sacamos, escurrimos y colocamos sobre papel de cocina que absorb bien el aceite. Después se van colocando en una fuente o plato grande bien espolvoreados con azúcar.


Crespillos de Sobrarbe
(para unas 35-40 hojas)

Cocimiento
una cucharada de semillas de anís
1 rama de canela
la cáscara de 1/2 limón (sólo la piel amarilla)
la cáscara de 1/2 naranja (sólo la piel naranja)
1/2 litro de agua
1 huevo L
150 g de harina
Azúcar para rebozar los crepillos.



Preparamos primero el cocimiento: ponemos al fuego, en un cazo, el agua con el resto de ingredientes del cocimiento y dejamos hervir a guego medio uns diez minutos, apartamos y reservamos tapado hasta que esté frío o sólo ligeramente templado. Batimos la yema del huevo por una lado, le añadimos la harina y luego la clara batida hasta que esté blanca y espumosa pero sin montar. Agregamos removiendo el cocimiento hasta obtener una consistencia de masa clara y ligera. Rebozamos las hojas, freímos en aceite bien caliente, escurrimos y pasamos por azúcar


Y ahora ya sólo queda disfrutar de unos crepillos recién hechos... uhmmmmmmm.





No hay comentarios:

Publicar un comentario